Los años van cuesta abajo y sin
frenos, echas mano a la cartera y te das cuenta de que te han robado
otro año, otra oportunidad, o tu lugar.
¿Dónde van los corazones perdidos?
¿Cómo se puede sentir frío con una piel en llamas?
Tengo los ojos cansados porque se me
cansó el alma, y ya no quiero mirar, no quiero ni ver lo que está
pasando.
Rellenas mi espacio con su espacio y yo
me quedo fuera, y en ese momento me doy cuenta que hay un muro
indestructible a tu alrededor que yo misma construí, pero parece que
ya no tengo el poder de echarlo abajo.
Y ya no basta con caricias ni miradas,
ni con lamentos, hay que acallar las lágrimas porque no llevan a
ningún lugar más que a la habitación de la confusión y la pena, y
ni tú ni yo queremos entrar ahí.
Aquella noche que fallaste tampoco fui
a la cita yo. Las caricias que mojan la piel se marchitan cuando las
toca la sucia rutina.
Yo te secaré el sudor, yo te abrazaré
bajo la ropa. Me podrá robar tus días, tus noches no.
PD: cuando te hartes de amores baratos
de un rato, me llamas.