12.23.2011

Tenemos la mala costumbre de buscar excusas para no desnudar el alma.


Los años van cuesta abajo y sin frenos, echas mano a la cartera y te das cuenta de que te han robado otro año, otra oportunidad, o tu lugar.

¿Dónde van los corazones perdidos? ¿Cómo se puede sentir frío con una piel en llamas?

Tengo los ojos cansados porque se me cansó el alma, y ya no quiero mirar, no quiero ni ver lo que está pasando.

Rellenas mi espacio con su espacio y yo me quedo fuera, y en ese momento me doy cuenta que hay un muro indestructible a tu alrededor que yo misma construí, pero parece que ya no tengo el poder de echarlo abajo.

Y ya no basta con caricias ni miradas, ni con lamentos, hay que acallar las lágrimas porque no llevan a ningún lugar más que a la habitación de la confusión y la pena, y ni tú ni yo queremos entrar ahí.

Aquella noche que fallaste tampoco fui a la cita yo. Las caricias que mojan la piel se marchitan cuando las toca la sucia rutina.

Yo te secaré el sudor, yo te abrazaré bajo la ropa. Me podrá robar tus días, tus noches no.



PD: cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas.

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